Prensa Renueva El Alto 21/01/21
En una emotiva y sentida ceremonia fúnebre en el cementerio de Ajaria Grande, el pueblo despidió al líder indígena Felipe Quispe “El Mallku”, quien falleció el martes 19 de enero producto de un paro cardiorrespiratorio.
La candidata a la Alcaldía de El Alto por la agrupación Jallalla, Eva Copa, se pronunció minutos antes del entierro. “Nuestro Mallku ha volado, está en el cielo y desde allí nos va a orientar”, fueron sus palabras de despedida al llamado “comandante” de los aymaras.
También recordó el carácter fuerte y decisivo de Felipe Quispe que luchó junto al pueblo boliviano en diversas etapas y pasajes históricos de Bolivia, dejando un legado al formar nuevos líderes. “Él formó escuelas ideológicas, tienen sus líderes aquí, juntos debemos luchar con él y basta de estar oprimidos, nunca más nos debemos hincar; la historia nos ha puesto aquí y sufrimos esta pérdida”, dijo.
Copa lamentó que El Mallku tuviese que ser velado en un local de la ciudad de El Alto, cuando en realidad debieron hacerle honores por la lucha y entrega por la democracia y la igualdad. “Me da mucha pena, él era padre de la patria ¿y dónde se ha velado?, en un local cuando gracias a su lucha recuperamos la democracia, con su lucha junto al pueblo recuperamos el poder”.
El Mallku nació en agosto de 1942 en la comunidad de Ajaria Grande del municipio de Achacachi (La Paz), territorio de tradición contestataria, lugar donde manifestó, mucho antes, su deseo de ser enterrado.
Felipe Quispe era candidato a Gobernador del departamento de La Paz con la agrupación Jallalla, la misma que le abrió las puertas a Eva Copa. “Él estuvo ahí para darnos la mano y apoyarnos, apostó por las nuevas generaciones y por sus hijos”, agregó.
Eva Copa destacó la fortaleza de la familia. “Mi homenaje a toda la familia, a las mujeres de esta familia que son fuertes y luchadoras como su padre, no tuvieron miedo de decir las cosas como son. Él (Felipe Quispe) demostró su grandeza, vino pobre a esta tierra y pobre se está yendo, honesto y no tenía miedo de decir a nadie en su cara lo que pensaba, él se quedó con su pueblo.
Con el grito de ¡Gloria a nuestro Mallku! ¡Jallalla a nuestro Mallku!, concluyó Copa.
