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En la historia, El Alto trasciende en espíritu rebelde y como vanguardia de los recursos naturales y la democracia

Dos años de gestión

PRENSA GAMEA | Mar 06.08.24

Por Jorge Quispe

Desde 1781, cuando Tupac Katari encendió la mecha libertaria con El Alto o Alaxpacha, que fue el cuartel de los indígenas en contra del yugo español, hasta 2019, la ciudad más alta de Bolivia escribió a sangre y fuego, primero su pasión rebelde, para transformarse después en la vanguardia de los recursos naturales y, finalmente, convertirse en la defensora de la democracia.

Este 6 de Agosto se cumplen 199 años del nacimiento de Bolivia y a lo largo de la historia del país El Alto fue protagonista de hechos importantes, sobre todo en el siglo XXI.

Esta reseña data de mucho más antes. En 1781, Julián Apaza o Tupac Katari instaló sus tropas en lo que hoy es la Ceja de El Alto y otro en Pampahasi. Si bien fue traicionado, preso y luego asesinado ese mismo año, la idea revolucionaria que se propagó desde Alaxpacha quedó instalada y fue la semilla libertaria para que en 1809 se inicien las revoluciones del 25 de mayo en Sucre y el 16 de julio, en La Paz.

Unos 118 años después de Katari, a poco de que se inicie el siglo XX, Bolivia tuvo que enfrentar a Brasil en la Guerra del Acre (1899-1903) y fue en la plaza Ballivián, en el Distrito 6 de El Alto, donde se reunió el ejército boliviano, en 1899, antes de partir al frente de batalla en Pando. La historia cuenta que la tropa boliviana tardó seis meses en llegar a pie hasta el campo de enfrentamiento y que casi la mitad del contingente murió en el camino.

El testimonio de esa contienda bélica se evidencia en una fotografía que se encuentra en el Museo Antonio Paredes Candia, de la partida de los soldados bolivianos a la frontera con Brasil para ir a defender la heredad nacional.

En 1952, en la Revolución Nacional, los mineros de Milluni, que ahora está en el Distrito 13, descendieron por lo que hoy es la plaza Ballivián y La Portada hasta la ciudad de La Paz, para dar la estocada final al ejército, en la victoria del pueblo boliviano.

Los mineros alteños, liderados por el recordado Juan Lechín Oquendo, consolidaron la victoria revolucionaria.

Unos años después, en 1965, al menos una treintena de mineros alteños de Milluni fueron asesinados por avionetas cuando se disponían a dirigirse a la ciudad de La Paz para sumarse a un paro nacional que convocó la Central Obrera Boliviana en contra del régimen militar de René Barrientos Ortuño.

La historia marca otros episodios de resistencia civil, como la Masacre de Todos Santos de 1979, cuando varios vecinos fallecieron por aviones y helicópteros que mandaron los militares al cielo alteño.

En la resistencia civil de 15 días al Golpe de Estado del coronel Alberto Natusch Busch, El Alto y La Paz jugaron un papel decisivo. Y, en 2003, en la Guerra del Gas, El Alto se convirtió en el bastión de la defensa de los recursos naturales.

Durante las jornadas de octubre de 2003, la ciudad se movilizó contra el Gobierno de turno en todos sus distritos. En la memoria y honra quedan las vidas de vecinos en Ventilla, Villa Ingenio, zona Ballivián y otros rincones.

La ciudad es centinela de los hechos políticos y sociales del país. En noviembre de 2019, Altos de La Paz, Altos de Chacaltaya o Ichu Kollo, como también era conocida desde sus inicios, la ciudad de El Alto ratificó su papel de ciudad defensora de la democracia, durante la crisis social que derivó en la renuncia de Evo Morales.

En 2020, la Asamblea Legislativa Plurinacional declaró “ciudad valerosa y heroica a la ciudad de el Alto”, en reconocimiento a la defensa de los recursos naturales, el gas, la wiphala, la democracia y en homenaje a las víctimas de los sucesos acaecidos en octubre de 2003 y noviembre de 2019.

El Alto comenzó en 2021 su camino para convertirse en una metrópoli con más de un millón de habitantes, liderados por la alcaldesa Eva Copa, quien además de haber sido la primera alteña en presidir el Senado en 2019, conduce a la ciudad hacia el desarrollo y progreso, rumbo al Bicentenario de Bolivia.

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JQC