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El Alto celebra la tradición de “Las Ñatitas” que son “protectoras y justicieras” de las familias

Dos años de gestión

PRENSA GAMEA | Vie 08.11.04

Cuando Rosa Cori, una comerciante, viaja al interior por mercadería, deja el cuidado de su casa a José, María, Juanita e Inti Guadalupe sus “cuatro ñatitas”, a quienes considera los “protectores y justicieros” de su vida. Al igual que ella, decenas de personas asistieron este viernes al Cementerio Municipal Héroes del Gas de la zona Santiago del Distrito 1, para celebrar la festividad de “Las Ñatitas”, que se recuerda cada 8 de noviembre.

“Les pido a mis ‘ñatitas’ que me lleven y me traigan sana cada vez que viajo. Son muy milagrosas y son como personas, porque están presentes en cada paso que doy y siempre salen conmigo. A mis calaveritas no les cubro los ojos, como otros que les ponen lentes, porque, si lo hiciera, no podrían ver quién entra y quién sale de mi casa cuando yo viajo”, relata Rosa mientras observa a los cráneos, que según ella, son milagrosos.

En un ambiente de solemnidad y mucha fe, la mujer de la tercera edad contó cómo llegaron a su vida cada una de sus “ñatitas”. Dos, Juanita y José, eran de unos familiares, pero Cori sintió que no recibían la atención necesaria. “Nadie se preocupaba por ellos, entonces yo los llevé a mi casa”.  Las otras dos, María e Inti Guadalupe, llegaron cuando una amiga se las confió. Desde entonces, las cuatro han sido parte fundamental de su vida y protección en momentos de necesidad.

De las cuatro calaveras, Juanita, quien en vida fue una cholita, es considerada la más milagrosa por Rosa ya que “atiende cada pedido con dedicación”, concediéndole bendiciones en su trabajo y en los viajes que realiza. José, en cambio, es el único varón “y es algo caprichoso y suele aparecer en sueños”, recordándole que es su fiel protector. 

Por otro lado, María, el cráneo de una mujer de pollera es la “ñatita” del espíritu sereno que acompaña a su dueña “con sabiduría”. 

Finalmente, Inti Guadalupe es la más joven. Rosa relata que el cráneo perteneció a una niña y que por ello tiene un carácter juguetón y en ocasiones “parece gatear por la cocina”, lo que trae alegría al hogar de Rosa. “Es como si una pequeña estuviera jugando en casa”, añade la comerciante.

Rosa reveló que atiende con mucha devoción a José, María, Juanita e Inti Guadalupe a quienes nunca les faltan flores, velas, y en ocasiones especiales, incluso bebidas y dulces. “Siempre les sopló la comida cuando viajo y cuando almuerzo fuera, les ofrezco lo que tengo soplándoles, porque siento que están ahí conmigo, caminando a mi lado y protegiéndome”. 

Cori cuenta uno de los milagros que le concedieron sus “ñatitas”. El episodio se remonta a 2009, cuando fue víctima de un robo en su domicilio, mientras ella viajó fuera de La Paz. 

“Las ñatitas me ayudaron a encontrar a los jóvenes (ladrones) a quienes luego  los vi muy mal después. Yo dejé el castigo en manos de Papá Dios y mis ‘ñatitas’”, rememora con devoción.

Para Rosa, la festividad de “Las Ñatitas”, que se celebra el 8 de noviembre, es el “cumpleaños de sus protectores”. Por esa razón, cada año José, María, Juanita e Inti Guadalupe estrenan incluso topos en sus sombreros para luego ser llevados al cementerio Municipal Héroes del Gas en Santiago I. “Quiero que esta tradición no se pierda. Hoy veo a muchos jóvenes con sus madres asistiendo a los cementerios para recordar a sus seres queridos y a sus ‘calaveritas’, y eso me da esperanza de que se mantendrá viva la tradición”, sostiene con determinación.

En esa misma línea, el secretario municipal de Desarrollo Económico, Jhonny Barrera, quien también participó de la actividad, mencionó que apoyar estas iniciativas ayudan a revalorizar nuestras tradiciones e impulsan además el turismo esotérico en El Alto.  

“Cada 8 de noviembre se celebra esta festividad, que es parte del Patrimonio Cultural de El Alto. Esta celebración nos permite recordar, venerar y honrar la memoria de nuestras ‘ñatitas’, quienes, por tradición han sido justicieras y protectoras de nuestras familias”, enfatiza Barrera. 

La actividad de las ‘ñatitas’ fue coordinada con el Consejo de Amautas Indígenas del Tawantinsuyu (CAIT) y la Unidad de Turismo. 

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DAA